It’s whatever
Empecé a escuchar a Carolina Durante no hace mucho, de casualidad, por el amor que le tiene un amigo y su conexión personal con el grupo. Al principio pensé que no era mi estilo, muy punky, demasiadas estrofas sin sintonía. Pero luego escriben cosas como esta canción y pienso: es aquí donde todos deberíamos coincidir. Poder expresarse sin influencia es la única manera de vivir. Joderse la vida es más divertido. Si veo algo bello, me giro y no miro. Si encuentro mi sitio, recojo y me piro. Si siento alegría, palazo y al hoyo. Te digo: joderme la vida es mi rollo.
¿En qué momento hemos perdido la capacidad de comunicarnos? Me encanta que la gente me cuente historias random de sus vidas, me encanta escuchar y perderme en la emoción ajena. Desde hace tiempo tengo la sensación de que vivimos en un mundo en el que las distracciones y la dopamina instantánea que consumimos no nos permiten ser amables. Saludar a un extraño o dar las gracias cuando alguien nos ayuda parecen acciones de un planeta extraterrestre. ¿Desde cuándo mirarnos el ombligo es más reconfortante que mirar a los ojos del presente?
Una canción: One Day, de Ryan Harris.
El otro día leí que un estudio de alguna universidad proclamaba que el uso de velas en el hogar era tóxico. Quizá el placer que nos produce tener la capacidad de encender una cerilla y hacer fuego con nuestras manos, y ver arder una llama en el control diminuto de un recipiente de cristal, merezca la pena esos años que dicen restar.
¿Y si las flores creciesen en la nieve, buscaríamos la primavera?
Poder quedarse a vivir en las vidas imaginarias que alguna vez inventamos.
Desayunar hamburguesas y patatas fritas al amanecer siempre será más sexy que cenar en un sitio caro y con poca luz.